lunes, 10 de mayo de 2010

DIA 5: SANTO SEPULCRO (II)

La verdad que la historia de esta basílica es apasionante. En un principio el Gólgota era el sitio donde se ajusticiaba de manera ejemplar a los presos más deplorables, para ellos. También era una cantera de piedra y alrededor del monte había huertas y sepulcros .
(Cruces que los peregrinos hacían en la pared al llegar a la Basílica)

Leí hace poco un artículo, al que pertenecen estas imágenes, que casi demostraba a ciencia cierta que realmente ese que vimos era el sepulcro de Jesús así como ese era el sitio donde tuvo esa horrible muerte. Como se ve en la representación de arriba, antes esos sitos estaban fuera de la ciudad, como se describe en la Biblia. El testimonio de los cristianos que vivieron en la época de Jesús así como las sucesivas generaciones, hicieron que el recuerdo del sitio exacto perdurara a través de los años e incluso de los siglos. Y todo ello a pesar de que Adriano quisiera terminar con todo vestigio judío, mandando construir en esa zona de la colonia Aelia Capitolina (que es como se llamó a Jerusalém), el foro, previa nivelación de la pendiente existente con toneladas de escombros que cubrieron el sepulcro y el Gólgota y, quién sabe, que hicieron que se mantuvieran con el tiempo.



Fue el emperador romano Constanino el que impuso el cristianismo como religión oficial del imperio y su madre, Elena, la que se decidió en buscar este sitio sagrado, que pese a que pasaron varios siglos, permanecía en la memoria. La capilla de Santa Elena es especial, ya que se dice, que allí, después de retirar los miles de kg de escombros que los romanos echaron siglos atrás, ella encontró unos leños posiblemente correspondiente a una cruz y unos clavos, que quien sabe si siglos atrás perforaron las manos y los pies de Jesús (corresponde al número 3 del dibujo).


(Capilla de Santa Elena)




Por estos orificios se dice que se desechaban las maderas que ya no servían como cruz, cayendo a la capilla de Santa Elena, donde ella los encontró.





1 comentario:

Anónimo dijo...

YA QUISIERA DAMIAN ESTAR A TU ALTURA,PRECIOSA LA NARRACION,SI QUE TE LO CURRAS,BESITOSSS PARA LOS DOS.
Mari Nives